jueves, 20 de octubre de 2016

Algo tan cursi sobre él...

Aquél día en que me hablaste, le diste otro sentido a mi vida y mis pensamientos. Mientras los días pasaban, me gustaba platicar contigo; se había vuelto la rutina más bonita que he tenido en tanto tiempo, descubrí que eras tan interesante como esos libros en cuales pasas las horas leyendo para saber ese final que te intriga desde un principio, así me parecías tú. No llegué a saber tanto de ti, pero bastaba con lo poco que sabía para gustarme desde ese día que te vi por primera vez, en el que me envolvieron tus cálidos brazos y donde ese olor tan peculiar a perfume me embriagó el alma; desde esa vez tenerte en mi mente se había vuelto mi hobby favorito... Esos besos tan delicados y apasionantes a su vez me tenían desquiciada; en el buen sentido de la palabra, cada vez grababas fuerte tu nombre en mi corazón y aunque esté siendo tan cursi en este momento siempre fue así, a veces parecía enferma sonriendo sola, recordando pequeños instantes de nuestros encuentros, en los que tus caricias me erizaban la piel y ponías mi corazón a mil cuando estabas tan cerca de mi. Esa mirada suya, tan llena de ternura y quizás amor, me miraban tan expectante como buscando algún misterio en mi, y sólo conseguía intimidarme hasta sonrojarme tiernamente, aunque me gustaba que me mirara, porque no hay algo tan lindo como verme reflejada en sus hermosos ojos, de los cuales me enamoré...

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