sábado, 28 de mayo de 2016

Triste realidad.

La vida realmente es un sube y baja, mientras estás feliz nos sentimos en las nubes, pero en instantes podemos estar en el suelo por momentos de tristezas o enojos indebidos. Y así estuve yo en estos días atrás, donde la felicidad que irradiaba de mi era espectacular, me sentía viva, enamorada, y realmente querida; pero siempre en mi vida, o quizás no solo la mía, ya que otro puede estar leyendo esto y se sentirá identificado, suelen suceder eventos que borran esos momentos felices, que con un simple texto te cambian la perspectiva de todo lo que habías soñado, o deseado en realidad. Y es así, donde esperas un mensaje de la persona que más anhelas, pero que en realidad no se sabe si piensa en ti, tanto como uno literalmente se quebranta la cabeza pensando si esta bien, si ha comido, y que ha hecho de interesante en este día. Mis dedos queman por escribirle, pero pienso que un poco de orgullo de mi parte no cae mal, solo para saber si le importo tanto como a mi. Es difícil dejar de querer a una persona, porque no hay una razón lógica para odiarlo si en realidad no te ha lastimado tanto, porque que te diga la verdad duele, pero es mejor que una mentira. A la final siempre dolerá, y por ello aún mis ojos siguen hinchados de la noche anterior, donde mis lágrimas se desbordaban, y sentía como mi corazón se partía ante esas palabras que nunca creí leer...

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